martes, octubre 15, 2013

15 de Octubre de 2013

LA VERDAD


El Ayuntamiento acordó dar el nombre del inventor del primer submarino a la vía en 1889, pero la rotulación no existe

15.10.13 - 00:59 - JOSÉ MONERRI | CARTAGENA

Hay dos calles cartageneras, muy populares ellas, que no tienen regularizadas sus denominaciones: son la de Jabonerías -con placa y todo- a la que normalmente se la denomina de Sagasta, y la calle Mayor, a la que el Ayuntamiento acordó dar el nombre de Isaac Peral en 1889, pero la rotulación no existe. Vaya como compensación el que se haya rescatado el prototipo del Submarino y se le haya reivindicado en el 125 aniversario de su invención.
Ciertamente es extraño el de la calle Mayor cartagenera que oficialmente posee la denominación del inventor del submarino, y sin embargo casi nadie la conoce por ese nombre, lo que no deja de ser una lesa preterición de un cartagenero tan universal. Sólo existe una calle con su denominación en el barrio de la Concepción. Y en el barrio que lleva su nombre hay erigido un monumento en la plaza de Sánchez Doménech.
Quien fue cronista de Cartagena, Federico Casal, escribe que desde la más remota antigüedad se denominó a la Rúa Principal calle Mayor. Fue una calle siempre angosta. En febrero de 1582, el alcalde mayor y los caballeros capitulares, prohíbe el paso de vehículos y cherrones por la calle, so pena de mil maravedíes, pero no pudieron los vecinos hacer gran caso por cuanto el 11 de octubre de 1590 se promulga una ordenanza para impedir el paso y se encarga al regidor Pedro Bracamonte haga poner a la entrada de ella unos pilares de mármol. Con el tiempo, cambiarían las cosas.

Hospital y convento
En la rica historia de la calle Mayor figuraron el Hospital de Señora Santa Ana, más tarde de San Juan de Dios; el convento de Predicadores de Santo Domingo bajo la advocación de San Isidoro; la hermandad de la Virgen del Milagro; la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno que adquirió en 1696 una finca lindera con el convento de San Isidoro; el convento de Santo Domingo, tras su supresión, en 1875, fue declarado parroquia castrense; existía en la calle un frontón, que fue cerrado ante las protestas de los frailes dominicos, el 11 de diciembre de 1574.
En la calle Mayor estuvo instalada durante la segunda época constitucional (1820-1823) la célebre tertulia de Los Virtuosos Descamisados que tanto dieron que hacer a las autoridades por su exaltado fanatismo político. En el número 17 estuvo instalado el Ayuntamiento en 1837 mientras se aderezaban los desperfectos de la Casa Consistorial, casi en ruinas. En una farmacia, en una esquina con la calle de Medieras, se fraguó el alzamiento del 1868 y en un café lindero con esta botica, se reunían los santones que durante la revolución cantonal (1873) gobernaban los destinos de la ciudad. En resumen, fue punto de desfile de cuantas manifestaciones políticas, tumultuosas o tranquilas, se desarrollaban en la ciudad, que no fueron pocas, sobre todo en el siglo XIX.

Otros nombres
Con motivo del alzamiento revolucionario del 1868, la Junta Revolucionaria que regía la ciudad en sesión celebrada el día 5 de octubre cambió el nombre de calle Mayor por el de calle de la Marina Española.
Finalizaba el año 1889 cuando se recibieron en Cartagena noticias de las pruebas realizadas en San Fernando por el submarino inventado por Peral. El Ayuntamiento le envió un telegrama expresando la «entusiasta y cariñosa enhorabuena a su sabio y predilecto hijo», a la que Isaac Peral expresó su orgullo y alegría por haber nacido en nuestra ciudad. El entusiasmo popular se desbordó en una manifestación el 20 de diciembre y el mismo Ayuntamiento, en sesión celebrada el 21 de diciembre de 1889, acordó por unanimidad que la calle Mayor se rotulara y llevara en lo sucesivo el nombre de Isaac Peral, que en el salón de sesiones se colocara el retrato del insigne marino y que al populoso barrio de Los Molinos se le nombrara Barrio de Peral.
A pesar de este solemne acuerdo -lo que son las cosas- el Ayuntamiento anduvo remiso en colocar en la calle Mayor la rotulación, hasta que en el año 1915 unos cartageneros fervorosos entusiastas del inmortal marino, costearon y colocaron a sus expensas las lápidas que rotularon la calle Mayor. Una de ellas, junto con otra con el nombre de Marina Española, pudo verse algún tiempo a la salida de la calle de Medieras en la fachada de enfrente. Hoy, el nombre de Isaac Peral no aparece por ninguna parte, mientras que la calle Mayor ha recobrado oficialmente su nombre por acuerdo municipal de 27 de febrero de 1967, y, además, dicha denominación puede verse en el suelo, tanto a la entrada por la plaza de San Sebastián como por la del Ayuntamiento. El nombre de calle Mayor ha eclipsado inmerecidamente el nombre de uno de los cartageneros más famosos del mundo. No sería mala solución colocar, bien visiblemente, en uno de los laterales de la emblemática calle, los nombres de Calle Mayor-Isaac Peral, juntos, en plan reivindicativo y deshaciendo dudas. Que estamos en pleno cogollo de Cartagena.
Isaac Peral y Caballero nació el 1 de junio de 1851 en el callejón de Zorrilla, hijo de Juan Manuel Peral, primer condestable de la tercera brigada del Cuerpo de Artillería, natural de La Isla de San Fernando, y de Isabel Caballero, nacida en Cartagena. Fue bautizado en la iglesia de Santa María de Gracia, donde se le impusieron los nombres de Isaac Tomás José María Segundo. El 1 de julio de 1865 ingresó en la Escuela Naval de la Armada. En 1872 pasó a Cuba de segundo comandante del cañonero 'Dardo'. En 1882 sirvió en los apostaderos de Cuba y Filipinas, siendo nombrado ese mismo año profesor de Física y Química de la Academia de Aplicación de Marina. Contrajo matrionio con María del Carmen Cencio, hija del médico de la Armada Antonio Centenario. Tuvieron nueve hijos.

'Peral' y el 'Ictíneo'
Narciso Monturiol, en 1859, empezó sus experimentos de navegación con el 'Ictíneo'. Isaac Peral había concebido su proyecto de navegación submarina, pero lo mantuvo oculto hasta 1884, en que, ante el conflicto de las islas Carolinas, creyó llegado el momento de revelar su secreto. Se dieron principio a las obras del torpedero submarino 'Isaac Peral' en el Arsenal de La Carraca el 22 de octubre de 1887, botándose el 8 de septiembre de 1888. Los triunfos, las envidias, las vicisitudes por las que pasó el inventor ocuparían un largo y doloroso capítulo. En 1891 obtuvo la licencia absoluta cuando era teniente de navío. En 1895 se trasladó a Berlín donde fue operado de un tumor cerebral, falleciendo el 22 de mayo de dicho año. Sus restos fueron trasladados de Berlín a Madrid, recibiendo sepultura en el cementerio de la Almudena el 29 de mayo de 1895 y el 29 de abril de 1911 se exhumaron para que recibieran sepultura en Cartagena. El 1 de noviembre de 1927 pasaron al hermoso panteón existente en el cementerio de Nuestra Señora de los Remedios, donde la Marina Española le rinde homenaje anualmente.
Estos días, la Armada Española, el Ayuntamiento y otras instituciones le rinden homenaje con motivo del 125 aniversario de la botadura del submarino. El hito más significativo ha sido la restauración del submarino y su colocación en una sala específica, junto al Museo Naval, para la admiración de todo el mundo.

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