miércoles, diciembre 14, 2011

14 de Diciembre de 2011

ABC

Admundsen: ¿El capitán Scott? No sé nada...

Mientras el explorador noruego sacaba pecho por su épica conquista del Polo Sur, en 1911, parte de la prensa española y mundial sembraba las dudas sobre su verdadera autoría… a la espera de noticias de su competidor británico, muerto en la Antártida

ISRAEL VIANAisra_viana / MADRID
Día 14/12/2011 - 09.21h

«Yo había jurado que llegaría al Polo Sur y que la bandera noruega flotaría antes que ninguna otra en la extremidad inferior del mundo», exclamaba eufórico Roald Amundsen a «La Correspondencia de España», el 19 de diciembre de 1912. Hacía un año que el explorador nórdico se daba por ganador, por encima del capitán Scott, de la batalla más gloriosa de las expediciones del siglo XX: la conquista del Polo Sur.

Sin embargo, no todo el mundo lo tenía tan claro. La lucha épica alimentada por algunos gobiernos ansiosos de ser los primeros en plantar su bandera sobre los polos del planeta, llegó a la prensa de medio mundo entre 1910 y 1912. Cubrieron ampliamente los preparativos, la partida, los percances del viaje, cómo pasaban las navidades los expedicionarios en aquel inhóspito lugar y los rumores sobre la llegada de uno y otro. Aún cuando ya se daba por hecho que había sido Amundsen y no Scott el primero en llegar a «la extremidad inferior del mundo», tal y como se había asegurado inicialmenre, existía una gran cantidad de periódicos que no parecían dispuestos a asumir la victoria del noruego sobre el británico.

Scott, para su desgracia, no estaba presente para defender su posible triunfo. Hacía meses que la prensa esperaba su regreso para escuchar la versión del expedicionario británico de primera mano, o al menos nuevas noticias que entre 1911 y 1912 sólo había llegado a cuentagotas en forma de cartas o en boca de marineros procedentes de tierras nórdicas.

«Volveremos a ver al capitán Scott»

En aquella entrevista a «La Correspondencia de España» en diciembre de 1912, Amundsen aseguraba que el 14 de diciembre de 1911, hace hoy justo un siglo, había sido el día más feliz de su vida «por llegar al Polo Sur» el primero. Sin embargo, el periodista le interrumpió para preguntarle si tenía noticias sobre el capitán Scott, desaprecido, y con quién prácticamente había coincido en aquella carrera a vida o muerto hacía el polo.

Según cuenta el periodista, «el semblante del expedicionario se oscureció» por unos instantes antes de dar una respuesta. «¿Scott? No sé nada. Salió después que yo y pensaba llegar al Polo por un camino diferente del mío». Luego trató de puntualizar: «Creo que en febrero próximo regresará a Europa. A menos que…», pero se detuvo de nuevo. «Pero no, no. Volveremos a ver al capitán Scott. Las tempestades de nieve y la gran banca no pueden vencer a un hombre como él».

Se equivocaba. En aquella batalla sobrehumana contra los elementos, contra los vientos de hasta 300 kilómetros hora, temperaturas por debajo de 50 grados bajo cero y hielo infinito, Amundsen encontró la gloria. Scott, sólo la muerte.
«El triunfo puede ser sólo aparente»

Aún sin recibir noticias de él –tras su última carta, publicada el 5 de abril de 1912, en la que mismo capitán británico contaba de primera mano alguna de sus andanzas­–, periódicos como «La Correspondencia de España» destacaban la discusión en torno a la expedición de Amundsen: «El debate no gira alrededor de ninguna de la hazañas que unos y otros pudieran llevar a efecto, sino del triunfo personal de los dos más significativos expedicionarios: un inglés, el capitán Scott, y un noruego, el capitán Amundsen». Y añadía: «Aquí se dice que el triunfo puede ser sólo aparente, y que Scott acaso llegó antes que su rival».

El diario republicano «El País», y periódicos británicos como «Daily Express» o el «Exchange Telegraph Company» aseguraban que Scott había llegado primero. Y en las mismas fechas, marzo de 1912, otros diarios como «¡Adelante!», «El imparcial» o el mismo «ABC» daban por seguro que Amudsen se había adelantado.

Cien 100 años después de aquella etapa gloriosa y heroica de la exploración en la Antártida, aún hay hoy muchas desombras sobre aquellas expediciones y los métodos utilizados por ambos capitanes, que se desgranas en nuevo libros y revistas. Pero lo cierto es que ya nunca podremos escuchar o leer la versión del famoso capitán Scott. «Ha sucedido lo peor. Se han desvanecido todos los sueños. Es una lástima, pero no creo que pueda escribir más», dejaba escrito éste en su diario, el 19 de marzo de 1912, momentos antes de morir congelado.

EL MUNDO

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Mario Viciosa

El Polo Sur fue el lugar deseado por los aventureros y desde luego lo merecía. Conozca todos sus secretos.


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