lunes, diciembre 13, 2010

13 de Diciembre de 2010

ABC

La ciencia recorre el globo
El Hespérides zarpa el miércoles desde Cádiz para realizar la mayor expedición de la historia sobre cambio global

ARACELI ACOSTA / MADRID
Día 13/12/2010

El buque oceanográfico español Hespérides saldrá el próximo miércoles desde el puerto de Cádiz para dar su primera vuelta al mundo. Emulando la singladura de las corbetas Atrevida y Descubierta (bautizadas así en homenaje a los navíos de James Cook, Resolution y Discovery), con las que el marino Alejandro Malaspina, italiano pero al servicio de la Armada Española, completó el mayor proyecto científico español de ultramar en el siglo XVIII, el Hespérides navegará hasta Río de Janeiro, Ciudad del Cabo, Perth, Sidney, Auckland, Honolulú, cruzará el canal de Panamá y desde allí se dirigirá a Cartagena de Indias, última escala antes de regresar a España, donde se espera su llegada al puerto de Cartagena a mediados de julio de 2011. Un proyecto, liderado por el CSIC, y que ha sido posible gracias a la financiación del Ministerio de Ciencia, la Fundación BBVA, el Instituto Español de Oceanografía, la Fundación AZTI y las universidades de Cádiz y Granada.
Serán siete meses frente a los cinco años que tardaron Malaspina y sus hombres en dar la vuelta al imperio recorriendo las posesiones de la Corona española, y como en aquella expedición el objetivo es «instruirse sobre el planeta y la vida de quienes lo habitan», como afirma el historiador de la ciencia y biólogo, Andrés Galera, en su libro «Las corbetas del rey» —editado por la Fundación BBVA—, el cual narra el viaje de Malaspina.
Más de dos siglos después, y cuando se cumplen 200 años de la muerte del capitán de fragata de la Real Armada Española, quien comanda la «Expedición de Circunnavegación Malaspina 2010, Cambio global y exploración de la biodiversidad del océano global» es el investigador del CSIC, Carlos Duarte, quien coordinará el trabajo que realizarán 400 investigadores de todo el mundo a bordo del Hespérides y también del buque Sarmiento de Gamboa, que realizará la llamada Ruta Colombina, de gran interés para el estudio del clima y que discurre por el paralelo 24º Norte, tarea que le llevará dos meses y medio.
En total, ambos buques recorrerán 42.000 millas náuticas con un objetivo fundamental: desentrañar los secretos del océano y por ende del cambio global. Y es que el océano constituye la memoria del sistema climático. Cada gota de agua que alguna vez estuvo en la superficie conserva las propiedades de entonces, como si de una huella digital se tratase, permitiendo inferir las condiciones atmosféricas de la época y de ese modo conocer el alcance del cambio global.
Para ello el equipo realizará pruebas en 350 puntos y recogerá 70.000 muestras de aire, agua y plancton desde la superficie hasta los 5.000 metros de profundidad. Así, se medirán la temperatura, salinidad y concentración de nutrientes en las distintas zonas oceánicas, se estudiará el intercambio de gases entre océano y atmósfera, el destino del CO2 absorbido por el mar y la influencia de las sustancias químicas en el océano. También estudiarán la diversidad y metabolismo del fitoplancton, el zooplancton y los microorganismos de las profundidades marinas.
Cápsula del tiempo
Todas las muestras recogidas conformarán la Colección Malaspina 2010, que incluirá además información e imágenes sobre el desarrollo de la expedición y quedará sellada durante décadas a la espera de nuevos desarrollos científicos, a modo de cápsula del tiempo que permitirá que las siguientes generaciones cuenten con un amplio material para investigar.
En ese reto de desvelar los secretos del océano está lo verdaderamente novedoso de la expedición. Como explica a ABC su coordinador, el profesor Carlos Duarte, «lo que realmente es único es que vamos a hacer la primera evaluación global de la biodiversidad del océano profundo», del que hasta ahora sólo se han tomado dos muestras a nivel global. «Nosotros vamos a aportar del orden de 70 muestras más, esto es, vamos a multiplicar por 35 lo que sabemos. Esto es un hito y una contribución muy importante a la ciencia». La importancia de lo que van a hacer se refleja en que algunas de las instituciones de investigación más reputadas, como la NASA, participan en el proyecto Malaspina.
La idea es tomar muestras del océano oscuro, por debajo de los 1.000 metros de profundidad y hasta los 5.000, algo que nunca antes se ha hecho por su complicación y su coste. Para tomar una simple muestra a 4.000 metros, explica Duarte, es necesario que el buque esté parado cuatro horas, por eso han diseñado instrumentación propia para optimizar el tiempo de que disponen y poder recoger el mayor número de muestras posible.
Aunque la ambición hay que medirla a la luz de la época en que se hacen las expediciones, como reconoce Duarte, comparándola con las realizadas en el siglo XX ésta es sin duda «la más completa y ambiciosa, no tiene parangón», afirma Duarte. Una aventura, por tanto, en la estela de los grandes: Magallanes, Drake, Cook, Darwin y Malaspina.

Cinco muertos y 17 desaparecidos en el naufragio de un pesquero surcoreano en la Antártida
Se han rescatado a 20 de los 42 tripulantes de la embarcación. Cinco buques patrullan la zona donde se hundió

EUROPA PRESS / SEÚL

Al menos cinco marineros han muerto y otros 17 están en paradero desconocido después de que el pesquero surcoreano en el que viajaban se hundiera este lunes en aguas de la Antártida, según informaron las autoridades de Seúl.
La embarcación se hundió alrededor de las 4. 30 de la madrugada del lunes (20. 30 del domingo en la España peninsular) con 42 personas a bordo --entre ellas, tres filipinos, un ruso, ocho surcoreanos, ocho chinos y once indonesios--, de las cuales 20 han sido rescatadas cerca de Corea del Sur.
En estos momentos, cinco buques --tres surcoreanos y dos neozelandeses-- patrullan la zona donde se produjo el hundimiento con la esperanza de encontrar al resto de marineros, según informó la agencia Yonhap.

DIARIO DE FERROL

Sin rastro del delfín Gaspar, al que dan por desaparecido

Vigo, 11 dic (EFE).- El delfín mular "Gaspar", popular en las costas gallegas desde que hiciera su primera aparición hace tres años en Ribeira, se encuentra en paradero desconocido dado que el Grupo de Rescate y Estudio de Mamíferos Marinos (Gremmar) ha perdido su rastro.

Antonio Rodríguez, portavoz del Gremmar, comentó a EFE que el último contacto con el animal se produjo en Laxe, en la Costa da Morte, el pasado 13 de abril, y desde entonces no ha habido ningún avistamiento en Galicia, como tampoco en las costas de Bretaña, de donde vino hace tres años, Portugal, Inglaterra, Irlanda, Andalucía, Azores ni Canarias.

Rodríguez indicó que "es raro" que un animal "tan notorio", pues "siempre estaba jugando", no haya sido visto por nadie si permaneciera en la zona en la que estaba localizado.

El Gremmar tiene establecida una red de observación en la que colaboran Salvamento Marítimo, policías locales y autonómicas, Guardia Civil del Mar y puertos deportivos.

Una de las hipótesis que manejan los especialistas es la muerte del animal, de más de tres metros y un peso aproximado de 400 kilos, pese a que, según las estimaciones, tras analizar su dentadura, "Gaspar" tendría una edad aproximada de 25 años, cuando la esperanza media de vida de los delfines mulares es de entre 30 y 35 años.

Eso hace pensar al Gremmar que "Gaspar", también conocido como "Jean Floch", puede haber sufrido un accidente o incluso que lo hayan matado.

Y es que no despertaba la misma simpatía entre todos, pues eran frecuentes los desperfectos que ocasionaba en aparejos y embarcaciones, e incluso una vez dio un susto a un buzo al hundirlo unos cinco metros con una aleta.

"Se le echa de menos pero hasta cierto punto, porque nos mareó a todos", aseguró Rodríguez, quien dijo desconocer la razón por la que el animal decidió en su día abandonar las aguas del Canal de la Mancha, donde es habitual la presencia de delfines solitarios, y desplazarse hacia Galicia.

En la costa gallega Gremmar tiene localizados en apenas seis meses a 63 delfines aunque hay "un porcentaje importante" de cetáceos que se escapan al control.

"Puede varar un delfín o un cetáceo en la parte exterior de las Cíes y nadie se entera", sostuvo Antonio Rodríguez, quien sin embargo insistió en que "Gaspar" "seguro que se haría notar" si permaneciera en las costas gallegas, algo que desde Gremmar se descarta en este momento.

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