jueves, julio 16, 2009

De guardia

Me parece increíble que un día como hoy me haya tocado la suerte de quedarme de guardia, sin poder dejar de lado mis deberes en la celebración de la Virgen del Carmen, ni aunque solo fuese por unas horas. No confiaba mucho en la posibilidad de que la Superioridad me concediera tal gracia, pero aunque lo deseara con toda mi alma, llevo unas semanas viendo que iba a ser imposible abandonar el puesto por unos menesteres más ociosos.

Sí, aunque lo hubiese deseado con ganas y elevado la correspondiente instancia, he decidido tomar directamente la opción de seguir al pie del cañón ante el agobiante trabajo que sigue amontonándose como los sedimentos, limos y arena en la desembocadura de un río, rebajando el calado de los buques que en dicha zona quieran atracar o remontar. Como una draga vieja, trato de deshacerme de toda la arena que puedo para aumentar la profundidad, pero diariamente solo soy capaz de quitar un poco de material y sé que al día siguiente volverá otro tanto con más compañía. Por esta razón, con todo el papeleo, he pasado de tener una estantería que parecía que iba a cumplir a la perfección su cometido, a dos estanterías y una mesa auxiliar que, a duras penas, logran evitar el incremento inagotable e imparable de expedientes y expedientes. Quito uno y aparecen tres. Con eso, lo digo todo.

Nunca está mal tener trabajo de sobra, pero tampoco es que viniera mal que éste fuese acompañado de alguna especie de gratificación. Me da igual su especie, y es que el desánimo puede llegar a consumir mi moral. No es que esté pidiendo a gritos unas vacaciones en estos momentos y a través de estas líneas, pero me resulta exasperante la esterilidad emocional que proporciona una labor como ésta, en la que estás todo el día desbordado por papeles y, además, capeando actitudes insultantes y arrogantes por parte de aquellos a quienes proporcionas servicios conforme buenamente puedes, con la profesionalidad y la ética por enseña. Personas de categoría (cultural, personal, educativa, etc.) inferior a ti y que se creen que eres para ellos simplemente una clase de sirviente y/o bestezuela convertida en diana para sus dardos cargados de humillaciones y desprecio. Dardos ante los que parece que ni siquiera te puedes defender.

Solo pido a mi Señora que me de fuerzas para estar por encima de todo esto. Sé que puedo y debo hacerlo… ENDUREING FREEDOM!

Salve!

6 comentarios:

Mali dijo...

A mi o me dar fuerzas o acabo montandola. Este año no aparezco en vacaciones por esta borda aunque me quieran llevar a los calabozos. Queda dicho

Javier dijo...

Tu la montas siempre, así que... xD

Javi dijo...

Si te ves muy hasta arriba le comentas a tus jefes porque no contratan un ayudante, aunque que hay mucho paro y mucha crisis que solucionar.

Javier dijo...

xD Un ayudante???? Ante me lo veo yo contratando a un hipopótamo para coger el teléfono...

Anónimo dijo...

Parece dificil encontrar el justo equilibrio entre lo obligatorio y lo necesario, pero considero que tu superior pudiera ser mas humano de lo que piensas y decirle las cosas que te preocupan igual te llevas una sorpresa agrdable

Javier dijo...

Puede ser...